El centro canino de Tamón recibe 124 alegaciones en contra del proyecto
P. G. – PUMARINO CANDÁS
Fuente: http://www.elcomercio.es/aviles/201410/29/centro-canino-tamon-recibe-20141029001613-v.html
El centro canino que se planifica en el núcleo rural de La Tabla, en la parroquia de Tamón, ha recibido un total de 124 alegaciones en contra tras finalizar la fase de información pública.
Las cuestiones formuladas por los afectados y otras entidades se basaron en incumplimientos legales como la vulneración del derecho a la información en materia de ordenación del territorio y urbanismo.
También se cuestionó la ausencia de un informe de la secretaría municipal en el estudio de implantación, algo que podría suponer la «nulidad de pleno derecho». La principal queja, en todo caso, fue la falta de justificación «de interés público o social de la actividad», extremo al que se había acogido la Fundación Protectora de Animales de Asturias, entidad promotora de esa instalación.
De hecho, el colectivo de residentes y entidades como la Asociación Empresarial de Veterinarios sostienen que el interés público y social «no encaja en ninguno de los apartados que contempla la vigente ley». Añaden, además, que el uso pretendido «dista y mucho de ese interés social, cuando la promotora proyecta una clínica veterinaria que no se limitará a atender a los perros alojados, sino que prestará los servicios propios de este tipo de negocios al público en general».
«Esta actividad llevaría a considerar que cualquier clínica veterinaria tendría un interés público o social. Igual ocurre con la peluquería canina y la tienda, que no dejan de ser actividades empresariales que, en modo alguno, pueden considerarse como un fin social», agregan. Igualmente, dentro del paquete de alegaciones, se recoge que el proyecto se propone construir en una zona dentro del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Carreño, catalogada de interés agrícola.
En numerosas alegaciones se asegura que la futura instalación no tendría ninguna vinculación agrícola y solo sería un «refugio de perros». A todo ello, por último, critican que la instalación incumpliría la distancia mínima de cuatrocientos metros a las viviendas más próximas, distancia que fija la ley para actividades consideradas como molestas.